Hoy llega a su cierre mi estadía en San Francisco (Redwood City realmente) y no escribí nada al respecto. Me he vuelto un pésimo blogger. No me estoy disculpando y ya pasó la hora de los buenos propósitos, simplemente los soy. Mientras desayuno haré un breve recuento de lo que ha pasado con algunas impresiones. Del matrimonio hablaré en otro "post" escrito con más detalle y con algunas fotos en Flickr. No traje el cable de la cámara así que están atrapadas en la tarjeta.
El martes llegué a San Francisco por la nochecita y la casa de Yenda, una amiga que conocí en Boston, como a las 7PM. Me estoy quedando en su casa en Redwood City, como a media hora de San Francisco y otra media de San José. Por recomendación de Yenda alquilé un carro medianamente barato en el aeropuerto y resultó ser buena idea porque por aquí el transporte público es bastante malito y uno no se puede mover mucho sin carro.
El miércoles fui a San Francisco y deambulé por la ciudad a pie una cantidad. Hacía mucho que no caminaba tanto. Todo empezó con que quería conocer el Exploratorium, que es algo así como el papá de todos los Malokas del mundo. La estación donde llegué queda en el sureste de la ciudad y el exploratorium cerca al Golden Gate, en el nor-oeste... o nor-centro... Así que arranqué a caminar, mapa en mano... pasé por el distrito financiero e hice la parada de rigor en el Apple Store que apareció en el camino. No compré nada, pero miré de todo. Luego seguí hacia el barrio chino y almorcé en un restaurante vietnamita. Nada espectacular, pero estuvo bien. Ya en ese momento llevaba unas dos horas y media caminando y había subido y bajado colinas como un loco, pasando por Nob Hill y la zona "montañosa" que es como estar en Manizales, donde todas las calles o suben o bajan, je je.
Seguí caminando y llegué al barrio italiano, donde me tomé un café un me comí una torta de chocolate. En el camino me encontré una tienda de chocolates que tenía todo tipo de premios por ser la mejor chocolatería de la ciudad, más aún que Ghirardelli's, la famosísima chocolatería. Creo que la gran diferencia es que estas eran trufas y hechas artesanalmente, no con máquinas gigantes. Compré unos pocos chocolates deliciosos para "la jefe" y seguí buscando llegar al Palace of Fine Arts, donde queda el Exploratorium. Para ese momento ya eran como las 4:00P y todavía estaba lejos. Seguí caminando por el North End (el barrio italiano) y llegué a la zona de los muelles, Fisherman's Wharf, donde está Pier 39, el muelle famoso de los turistas. No paré mucho ahí, pero pasó por la estación donde paran los Cable Cars (los carritos sobre rieles que se ven en las películas) para dar la vuelta en una especia de rotonda. Es una vuelta manual... todos se bajan y el conductor y ayudantes le dan la vuelta al carro. Es simpático. Había demasiada fila para subirse así que dejé así con eso. Finalmente como las 6PM logré llegar al Exploratorium y ya estaba cerrado. Ya los pies me dolían una cantidad, así que paré un rato a descansar por ahí y vi el Golden Gate en la distancia, así que decidí caminar hasta allá. Caminé por Crissy Field hasta el puente y llegué al anochecer, como a las 7:30. Tomé unas fotos, caminé un poco por la parte de abajo y luego empecé a devolverme. Tenía la intención de llegar de nuevo al sitio del tren caminando, pero en el camino me encontré con Ghirardelli Square y paré comerme un delicioso helado de chocolate con brownie. Cuando llegó la hora de irme, ya mis pies y piernas no eran capaces de sostenerme, así que tomé un taxi y me devolví a la casa de Yenda. Llegué casi a media noche. Ese día caminé como 10 horas y mis pies y piernas todavía sienten las consecuencias de esa osadía para la que estoy demasiado viejo y demasiado fuera de forma.
Sin embargo, el día siguiente volví a la ciudad y caminé otro poco. Fui de nuevo a lo muelles y almorcé por ahí. Luego caminé más por el barrio italiano y regresé caminando hasta el Cal Train que me llevaría a mi carro alquilado (me habían advertido que era mala idea ir en carro a San Francisco, así que lo dejé en la estación del tren). En el camino de regreso paré en el Apple Store y compré el encargo del ogro, un nano de los nuevos que me mata de la envidia, y me antojé del juego de Harry Potter and the Order of the Phoenix, que no compré y un programita para guardar y administrar recetas de cocina, que tampoco compré. Hasta me antojé de comprar iWork (el Office de Apple) que no me pareció caro (trae Keynote, Numbers y Pages por US$79 + tax). Medité mucho sobre comprar un disco duro externo, pero finalmente mi bolsillo opinó que no era una gran idea, así que dejé así con la idea.
Regresé a la casa de Yenda temprano y nos fuimos a comer a Palo Alto, cerca a Stanford en un restaurante Tai muy rico... bueno y esto ya está super largo, así que paro y otro día seguiré con el día siguiente... visita a Stanford y al trabajo de Yenda, donde les ayudé en la tarde con un evento para familias.
Hoy estoy preparándome para ir a Sausalito (al otro lado del Golden Gate) y en la noche partir hacia Miami y luego Bogotá. Tengo que revisar si también pedí el Lunes de vacaciones, pues voy a llegar cansado para trabajar al día siguiente. Si no, de pronto me atrevo a llamar a la jefe a pedirle el día para recuperarme de las vacaciones... qué concepto ese, je je.